Más allá de Kayra Harding: la historia del príncipe Alfonso, el heredero al trono de Liechtenstein con linaje panameño

Cuando en 2022 se conoció que la diputada panameña Kayra Harding se había comprometido con el príncipe africano Anthony Bart-Appiah, la noticia resonó con gran pompa. La ceremonia, celeblrada en mayo de 2022, la consagró como la primera princesa de origen africano nacida en América, un hecho que capturó la atención mediática y el asombro nacional. Sin embargo, su historia no es la única que teje un lazo entre Panamá y la sangre azul; en un registro mucho más discreto, otra panameña forma parte de una de las casas reales reinantes más antiguas de Europa, y es madre de un joven príncipe que también constituye un motivo de orgullo para el istmo.

Recientemente, los focos han vuelto a posarse sobre este linaje gracias a la boda de la princesa María Carolina de Liechtenstein con Leopoldo Maduro. Entre los selectos invitados a este enlace, que ha dejado imágenes memorables, se encontraba una figura que, a pesar de su linaje, cultiva un perfil bajo: el príncipe Alfonso de Liechtenstein. Su presencia ha reavivado el interés por su singular ascendencia.

Príncipe Alfonso de Liechtenstein

Es pertinente aclarar que el novio, Leopoldo Maduro Vollmer, no guarda ningún parentesco con el mandatario venezolano Nicolás Maduro. De hecho, Leopoldo es sobrino por línea materna del empresario venezolano Alberto Vollmer, presidente ejecutivo de Ron Santa Teresa, una de las destilerías de ron más antiguas de Venezuela.

Príncipe Alfonso de Liechtenstein

En este exclusivo círculo familiar se encuentra Alfonso Constantino María de Liechtenstein, un joven de 24 años que es el único hijo del príncipe Maximiliano y su esposa, la princesa Ángela Gisela Brown, una mujer de origen panameño. Esta unión convirtió a Alfonso, en su momento, en el único príncipe europeo con ascendencia africana en una casa real reinante, un hito que mantuvo hasta que los hijos de los duques de Sussex, Archie y Lilibet, recibieron sus títulos. Actualmente, y debido a la vigencia de la Ley Sálica en el principado que excluye a las mujeres de la línea sucesoria, el príncipe Alfonso ocupa el sexto lugar en el camino hacia el trono.

De Bocas del Toro a un trono europeo: El legado de Ángela Brown

La historia de los padres del príncipe Alfonso es un fascinante puente entre dos mundos. El príncipe Maximiliano, con una sólida formación en Harvard y actual director ejecutivo del influyente banco LGT Group, conoció a Ángela Gisela Brown en Nueva York, ciudad donde ambos residían. Su romance culminó en matrimonio en enero del año 2000, con el beneplácito del príncipe soberano. La pareja celebró una discreta unión civil en Vaduz, la capital del principado, seguida una semana más tarde por una emotiva ceremonia religiosa en la iglesia de San Vicente Ferrer, en el corazón de Manhattan.

Ángela, nacida en la provincia panameña de Bocas del Toro el 3 de febrero de 1958, es hija de Javier Francisco Brown y Silvia Maritza Burke. Aunque se trasladó a Estados Unidos durante su infancia, sus raíces afropanameñas permanecen como un pilar de su identidad. Su talento creativo la llevó a estudiar en la prestigiosa escuela de diseño Parsons, forjando una exitosa carrera que incluyó la creación de su propia marca, “A. Brown”. En un gesto que selló su unión, la novia lució en su boda una creación propia, complementada con la histórica tiara Kinsky, convirtiéndose en la primera mujer de ascendencia africana en casarse con un miembro de una familia real reinante en Europa.

Príncipe Alfonso de Liechtenstein

De esta unión nació en Londres, el 18 de mayo de 2001, su único hijo, Alfonso. Siguiendo los pasos de su padre en el ámbito de las finanzas, el joven príncipe, que también ostenta el título de conde de Rietberg, ha cultivado una educación internacional de primer nivel, pasando por la Escuela Internacional de Múnich y el Wellington College en Inglaterra, antes de graduarse en Administración de Empresas por la Universidad de Georgetown. Su carrera profesional ya muestra una trayectoria ascendente, con experiencia en capital privado y, desde 2024, como analista financiero en la firma Onex Credit en Nueva York.

A pesar de su linaje, la familia lleva una vida notablemente discreta, alternando su residencia entre Liechtenstein y Londres. Sin embargo, no han olvidado sus lazos con el istmo; poseen una propiedad en Panamá, un refugio donde, según se conoce, suelen pasar las fiestas navideñas, manteniendo viva la conexión del joven príncipe con la tierra natal de su madre.

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