Por Omar González Moreno –
La espantosa destrucción económica y política de Venezuela bajo la dictadura de Nicolás Maduro, sirvió para que María Corina Machado y Edmundo González Urrutia presentaran al mundo una propuesta audaz que busca revitalizar la economía venezolana y posicionar al país como el centro energético de las Américas.
Durante su intervención en la CERAWeek 2025, los líderes de la oposición venezolana expusieron una estrategia que reimagina la explotación de los recursos naturales del país a través de la apertura a la inversión privada y la licitación de todos los campos de petróleo y gas.
La propuesta de María Corina Machado y Edmundo González Urrutia se centra en la premisa de que Venezuela, con sus vastos recursos energéticos, tiene el potencial de convertirse en el gran líder energético regional, generando no solo riqueza, sino también oportunidades de desarrollo sostenible para sus ciudadanos.
Al permitir la operación privada completa en el sector energético, señalan ambos líderes, se podría estimular la inversión extranjera y la modernización de la infraestructura, tan necesaria para superar años de la funesta y catastrófica desinversión y mala gestión que caracteriza al chavismo.
Un aspecto crucial de esta propuesta es la reinversión de los ingresos obtenidos en áreas fundamentales como infraestructura, educación y salud, que son pilares para un crecimiento económico sólido y duradero.
María Corina Machado afirmó que, con políticas adecuadas, Venezuela puede no solo lograr un aumento extraordinario en su producción de petróleo y gas, sino también cimentar una base económica que beneficie a todas las capas de la sociedad.
Sin embargo, la implementación de este ambicioso plan enfrenta desafíos significativos, que van desde la necesidad de arrancar de raíz la tiranía de Maduro y sus cómplices, construir un entorno político estable, hasta la creación de un marco regulatorio claro que inspire confianza a los inversionistas.
La propuesta requiere asimismo un compromiso firme con la transparencia y la rendición de cuentas para asegurar que los beneficios de la explotación energética sean equitativos y sostenibles, para dejar atras la ladronería que acabó con Pdvsa, dijeron.
En un mundo donde la energía es un factor determinante de poder y desarrollo, la visión de María Corina Machado y Edmundo González Urrutia podría marcar un antes y un después en la historia económica de Venezuela.
Transformar al país en el centro energético de las Américas no solo es una aspiración valiente, sino una necesidad urgente para un país que busca recuperar su lugar en el escenario mundial.
La invitación a la inversión privada es, en este contexto, un rayo de esperanza que podría encender el motor de una nueva era para el pueblo venezolano.